ARGENTINA 🇦🇷🪽
Quiero vivir en un país serio, que enfrente los problemas sociales con responsabilidad, sensibilidad y compromiso. Un país que combata la ignorancia con políticas educativas sólidas, que proteja a los más vulnerables y garantice la libertad de todas las personas, sin distinción. Poder expresarse con todas las contradicciones. Porque, como cualquier ser humano, a veces nos gobierna el corazón y otras la razón.
Sé que estas palabras pueden encontrar eco en quienes buscan respuestas en tiempos de pérdida de fe. No pretenden más que generar esperanza en un nuevo camino. Un camino que tal vez no recorreremos entre iguales, sino junto a quienes son distintos a nosotrxs. Un encuentro que será problemático, pero que también nos permitirá fortalecer el amor. Cada día exige una acción concreta que detenga la rueda del desquicio, del salvajismo, de ese odio que nos consume y nos divide.
Es urgente romper el patrón de violencia heredado, ese que, generación tras generación, perpetúa el mismo dolor. El país que soñamos comienza cuando entendemos que el progreso es tanto individual como colectivo. Cuando entregamos algo de nosotros mismos para que quienes vienen detrás encuentren un mundo menos hostil. Tal vez ese sea el mayor acto de amor, el que transforme nuestra historia de una vez y para siempre, celebrando con honor el futuro que supimos conseguir.
Todo árbol empieza su vida bajo tierra. Así crecen también los cambios profundos, en silencio, echando raíces antes de tocar el cielo. No hay transformación sin paciencia, no hay justicia sin amor. Vivimos tiempos donde el odio se viste de certeza y la violencia se confunde con destino. Pero el amor sigue siendo la mayor fuerza de rebelión. Elegirlo es negarse a aceptar la indiferencia, es sostener la esperanza cuando todo nos empuja al desencanto.
Estas medidas son un pacto con la vida, la decisión de enfrentar la injusticia con valentía, de recuperar lo que nos arrebataron, de abrir caminos donde otros cerraron puertas. Porque un país no se levanta con miedo, se levanta con el coraje de quienes se atreven a soñar juntos. Que nadie te convenza de que nuestro país es un lugar estéril. Somos jardín, no fortaleza. Cuidar lo que crece en nosotros, pero sin negarnos al sol. Este es el momento de sembrar, de imaginar con grandeza, de apostar por un futuro donde la dignidad no sea un privilegio, sino la raíz de nuestra historia.
A pesar de los golpes de la vida, jamás elegí el camino del odio. Siento empatía por quienes también han sufrido, por aquellos que solo encontraron en la venganza un poco de consuelo a su dolor. Aprendí que todo sirve, que el perdón también es un acto de justicia, que la lucha no es contra nada; la vida se enfrenta con clemencia y dignidad. Aprendí a agradecer porque pude decidir y elegí un camino. Le pido a Dios que no me permita terminar este recorrido sin antes ver a mi pueblo siendo feliz.
Por eso, mientras la vida me permita caminar entre ustedes, juro entregar mi voz, mi alma, y cada latido de mi corazón para sembrar consuelo, para abrazar con ternura, para sonreír con verdad. Prometo amar hasta que cada alma de este bendito pueblo sienta en su pecho la paz y la alegría que tanto necesita.
21 MEDIDAS PARA LA REFUNDACIÓN DEMOCRÁTICA DE SIGLO XXI:





















PROPUESTA XXII // EN UNIÓN Y LIBERTAD: EL DESPERTAR DE LA COMUNIDAD. LA RECONSTRUCCIÓN DEL ESTADO.
El Estado es la forma política de una comunidad que decide organizar su destino en común. Allí donde se lo ataca, no se está discutiendo una herramienta, se está negando un lazo. El desmantelamiento del Estado no es una simple disputa administrativa, sino una ofensiva contra los vínculos que nos constituyen como pueblo. Es el intento de borrar toda forma de solidaridad organizada, de destruir la memoria compartida y despojar a la Nación de su capacidad de cuidar, educar, proteger y proyectarse hacia el porvenir.
Hoy enfrentamos una cruzada que se disfraza de libertad, pero siembra odio. Una operación sistemática de despolitización, deshumanización y fragmentación social, que pretende reducir la vida a un cálculo de mercado. Frente a este ataque, no proponemos una revisión, sino una refundación: una nueva forma de comunidad basada en el cuidado, la dignidad y la libertad compartida.
La Propuesta XXII parte del reconocimiento de una herida profunda y de una esperanza intacta. Retoma, como alma mater, los versos de una canción que se convirtió en plegaria colectiva. De allí emergen clamores que expresan los males presentes en nuestra historia y nuestra actualidad. A cada uno de ellos, esta propuesta responde con un compromiso estructural: reconstruir el Estado como una comunidad política capaz de sanar, integrar y amar.
En esta nueva era, donde el conocimiento y la creación definen horizontes, el tecnoestado debe aliarse con las tecnologías más hermosas de la naturaleza y de la sensibilidad humana. No para vigilar ni domesticar. No para controlar, sino para nutrir la vida común. No para dividir, sino para abrazar. Cada corazón roto de nuestra Nación merece una canción nueva. Y esa melodía será la de una comunidad despierta, libre y solidaria. Porque allí donde hay comunidad, hay futuro. Y donde hay cuidado, hay Nación.
* Cultura de paz, sensibilidad colectiva y resolución transformadora de conflictos
* Educación integral con enfoque crítico, inclusivo y soberano
* Formación en valores democráticos, ética pública y seguridad ciudadana
* Fomento de las culturas locales, diversidad identitaria, arraigo y reconocimiento territorial
* Políticas de empatía activa, justicia restaurativa y atención y reparación integral a víctimas
* Reforma estructural del sistema de justicia con enfoque en derechos humanos
* Sistema permanente de transparencia, rendición de cuentas y combate a la impunidad
* Redes de contención social y proyectos colaborativos de propósito común
* Estrategias de cuidado mutuo y construcción de legado comunitario intergeneracional
* Fortalecimiento del compromiso cívico y de la participación democrática deliberativa
* Sostenimiento de la memoria colectiva con políticas de verdad histórica
* Promoción y defensa de la libertad y de la no violencia como principio rector de la acción del Estado
PROPUESTA XXIII // LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS: AQUÍ, AHORA, PARA SIEMPRE.
Hay un gesto que atraviesa siglos, muros y heridas: recordar a quienes la prisa del tiempo quiso olvidar. Allí donde el poder ve carencia, nosotros vemos origen. Esta iniciativa nace como tributo de amor, eligiendo mirar de frente donde otros apartan la mirada. Se trata de abrazar la dignidad de los despreciados y abrir camino donde la historia cerró sus puertas, dando el lugar de honor a quienes cargaron con el peso del mundo sin poder decidir su rumbo.
Es una mesa grande para los humildes de corazón, para quienes sobrevivieron al desprecio, al hambre y al silencio impuesto. No existe hazaña legítima que no los ponga al centro, ni equidad verdadera sin su lugar restituido. El proyecto asume la reparación no desde la culpa, sino como deber histórico. No es símbolo vacío, sino cimiento de otro porvenir, porque en las miradas de los desterrados late el secreto de toda sanación.
La Propuesta XXIII encarna una promesa inquebrantable con la humanidad lastimada, convirtiendo la profecía de "los últimos serán los primeros" en acción tangible, arquitectura social y futuro compartido. No es un mero programa político: es una oración que repara lo legal, lo material y lo sagrado. Un movimiento que se multiplica en cada derecho restituido y en cada existencia reivindicada.
Sabemos que no hay democracia sin ternura organizada. Que toda sociedad que aspire a llamarse humana debe comenzar por quienes más han sufrido. Son ellos quienes custodian la memoria de lo humano. Esta es nuestra revolución: que nadie quede afuera. Que el Estado, como cuerpo colectivo, empiece por los más pequeños. Y que lo último sea, al fin, el inicio de todo.
* Invertir prioritariamente en salud, educación, trabajo y vivienda en territorios y sectores marginados
* Instaurar amnistías, indultos y mecanismos de justicia alternativa para delitos menores en contextos de exclusión
* Crear Defensores de los Últimos, Consejos de la Dignidad y la Agencia Federal contra la Discriminación (ADRAX)
* Reservar espacios de decisión y sistemas de democracia directa para quienes han sido históricamente excluidos
* Realizar un censo dinámico que identifique, acompañe y empodere a las comunidades postergadas
* Consolidar estructuras locales de inclusión plena, hospitalidad y promoción de la diversidad, con protocolos de acción ante crisis sociales
* Fomentar cooperativas y modelos de autogestión, garantizando redistribución de oportunidades y acceso a recursos productivos
* Sensibilizar bajo el lema “Los últimos serán los primeros”, difundiendo una narrativa de amor político, solidaridad y hospitalidad
* Desarrollar planes educativos que integren igualdad, empatía, responsabilidad comunitaria, pensamiento crítico y convivencia democrática
* Impulsar medidas positivas que garanticen desarrollo pleno en salud, educación, trabajo y protección social para todos los grupos vulnerados
* Integrar rituales colectivos de reconocimiento, prácticas de perdón y memoria activa como parte de la acción de reparación
* Establecer políticas de cuidado hacia los animales, promoviendo una convivencia respetuosa e interdependiente entre todas las formas de vida